Alfonsina Storni

Subconciencia

Has hablado, has hablado y me he dormido.
Pero duermo y no duermo, porque siento
que estoy bajo el supremo pensamiento:
vivo, viviré siempre y he vivido.

Has hablado, has hablado y he caído
en un marasmo... cede hasta el aliento.
Tiempo atrás, en las sombras, me he perdido:
estoy ciega. No tengo sentimiento.

Como el espacio soy, como el vacío.
Es una sombra todo el cuerpo mío
y puedo como el humo levantarme:

Oigo soplos etéreos... sobrehumanos...
Sujétame a la tierra con tus manos,
que si el viento se mueve ha de llevarme.



 Tanta dulzura alcánzame tu mano...

Tanta dulzura alcánzame tu mano
que pienso si las frutas te engendraron,
si abejas con su miel te amamantaron
y si eres nieto excelso del verano.

Tanta dulzura no es de rango humano:
los dioses tus pañales perfumaron,
sobre tu sangre roja destilaron
ojos de niños, lasitud de llano.

Tanta dulzura, que cayendo al alma
mueve esperanzas, le procura calma
y todo anhelo de virtud corona.

Tanta dulzura, para bien sentida,
que digo al mal que me consume: olvida.
y al fuerte daño que me dan: perdona.