Me sobra el corazón



 
Hoy estoy sin saber yo no sé cómo,
hoy estoy para penas solamente,
hoy no tengo amistad,
hoy sólo tengo ansias
de arrancarme de cuajo el corazón
y ponerlo debajo de un zapato.

Hoy reverdece aquella espina seca,
hoy es día de llantos de mi reino,
hoy descarga en mi pecho el desaliento
plomo desalentado.

No puedo con mi estrella.
Y busco la muerte por las manos
mirando con cariño las navajas,
y recuerdo aquel hacha compañera,
y pienso en los más altos campanarios
para un salto mortal serenamente.

Si no fuera ¿por qué?... no sé por qué,
mi corazón escribiría una postrera carta,
una carta que llevo allí metida,
haría un tintero de mi corazón,
una fuente de sílabas, de adioses y regalos,
y ahí te quedas, al mundo le diría.

Yo nací en mala luna.
Tengo la pena de una sola pena
que vale más que toda la alegría.

Un amor me ha dejado con los brazos caídos
y no puedo tenderlos hacia más.
¿No veis mi boca qué desengañada,
qué inconformes mis ojos?

Cuanto más me contemplo más me aflijo:
cortar este dolor ¿con qué tijeras?

Ayer, mañana, hoy
padeciendo por todo
mi corazón, pecera melancólica,
penal de ruiseñores moribundos.

Me sobra corazón.

Hoy, descorazonarme,
yo el más corazonado de los hombres,
y por el más, también el más amargo.

No sé por qué, no sé por qué ni cómo
me perdono la vida cada día.

De "Otros poemas" 
 1935 1936 
Miguel Hernandez

Arthur Rimbaud - Una temporada en el infierno

Antaño, si mal no recuerdo, mi vida era un festín en el que todos los corazones se abrían, en el que todos los vinos se escanciaban.
Una tarde, me senté a la Belleza en las rodillas. - Y la encontré amarga. - Y la cubrí de insultos.
Me armé contra la justicia.
Escapé. ¡Oh brujas, miseria, odio: a ustedes se les confió mi tesoro!
Logré que se desvaneciera en mi espíritu toda la esperanza humana. Sobre toda alegría, para estrangularla, salté como una fiera, sordamente.
Llamé a los verdugos para, mientras perecía, morder las culatas de sus fusiles. Llamé a las plagas para ahogarme en la arena, en la sangre. La desgracia fue mi dios. Me tendí en el lodo. Me dejé secar por el aire del crimen. Y le hice muy malas pasadas a la locura.
Y la primavera me trajo la horrorosa risa del idiota.
Ahora bien, últimamente, habiendo estado a punto de soltar el último ¡cuac!, se me ocurrió buscar la clave del antiguo festín, en el que había, quizá, de recobrar el apetito.
La caridad es esa clave. - ¡Semejante inspiración demuestra que todo fue un sueño!
"Seguirás siendo hiena, etc.", exclama el demonio que de tan amables adormideras me coronó. "Gana la muerte con todos tus apetitos, y tu egoísmo, y todos los pecados capitales."
¡Ah! Ya he aguantado demasiado: - Pero, querido Satanás, te lo suplico, menos irritación en la pupila. Y mientras van llegando las pequeñas cobardías que faltan, para ti, que tanto valoras en el escritor la carencia de facultades descriptivas o instructivas, arranco unas cuantas páginas repelentes de mi cuaderno de condenado.

Arthur Rimbaud
Una temporada en el infierno (fragmento)

Auguste Comte - Curso de filosofía positiva

La etapa teológica, en la que la mente humana, orientando su búsqueda a la naturaleza del ser, a las causas primeras y finales de todos los efectos que contempla, en una palabra, al conocimiento absoluto, ve los fenómenos como productos de la acción directa y continua de agentes sobrenaturales más o menos numerosos, cuya intervención arbitraria explica todas las aparentes anomalías del universo.
(...)
La etapa positiva, en donde la mente humana, reconociendo la imposibilidad de alcanzar conceptos absolutos, abandona la búsqueda del origen y el destino del universo, y de las causas internas de los fenómenos y se limita al descubrimiento, por medio de la razón y la observación combinadas, de las leyes que gobiernan la secuencia y la semejanza de los fenómenos. La explicación de los hechos, ahora reducidos a sus términos reales, consiste en el establecimiento de una relación entre varios fenómenos particulares y unos cuantos hechos generales, que disminuyen en número con el progreso de la ciencia.

Curso de filosofía positiva
(fragmento)