Ursula K. Le Guin en los National Book Awards

El pasado 19 de noviembre la Fundación Nacional del Libro estadounidense entregó sus premios anuales durante una ceremonia celebrada en Nueva York. Nada demasiado interesante (desde el punto de la fantasía y la ciencia ficción) entre los premiados ni en su ceremonia… hasta que Ursula K. Le Guin subió al escenario para recoger la Medalla por la Contibución a las Letras Americanas, que la Fundación concede también cada año.
Si alguien pensaba que Le Guin pronunciaría unos agradecimientos al uso, dejaría títere con cabeza y perdería la ocasión de decir lo que pensaba a los mayores peces gordos literarios de Estados Unidos, es que no la conocía. Aquí tenéis el vídeo subtitulado de su discurso (pulsad en «CC» si no salen los subtítulos) y, después, su transcripción. No tiene desperdicio.
Gracias, Neil, y también a la organización que entrega esta hermosa recompensa; gracias de corazón. Mi familia, mi agente y mis editores ya saben que el hecho de que esté aquí es tan mérito suyo como mío, y que esta hermosa recompensa les pertenece tanto como a mí. Y me complace mucho aceptarla en su nombre y compartirla con todos los escritores que tanto tiempo llevan excluidos de la literatura: mis colegas autores de fantasía y ciencia ficción, los escritores de la imaginación que llevan cincuenta años viendo cómo estas hermosas recompensas eran para los llamados realistas.
Creo que llegan tiempos difíciles en los que buscaremos las voces de escritores que sepan ver alternativas a nuestro modo de vida actual, y que sepan ver, más allá de nuestra sociedad temerosa y sus obsesivas tecnologías, hacia otras formas de ser, e incluso imaginen bases sólidas para la esperanza. Necesitaremos escritores que sepan recordar la libertad. Poetas, visionarios, los realistas de una realidad más amplia.
Ahora mismo, creo que necesitamos escritores que entiendan la diferencia entre producir un bien de mercado y practicar un arte. Desarrollar material escrito que encaje en estrategias comerciales para maximizar los beneficios corporativos e ingresos publicitarios no es del todo lo mismo que publicar libros con responsabilidad o ser un autor.
Sin embargo,