Kirmen Uribe

Kirmen Uribe se ríe todo el rato. Es alegre y además hoy está sobresaltado. Patxi López ha escogido su poema 'Maiatza' para jurar como lehendakari. "Ha sido un detalle y me honra", dice el escritor.
Patxi López y Kirmen Uribe habían coincidido una vez. Fue en los premios Ramón Rubial cuando López le dijo que le gustaba su libro 'Mientras tanto dame la mano'. "Me contó que su poema preferido era 'Te quiero no', que habla de un tío mío que trabajaba en Altos Hornos y a él le recordaba a su abuelo", cuenta el poeta. Y es que el País Vasco es un lugar pequeño en el que las personas más distintas pueden haber tenido un pasado común. Por eso, más allá del significado político que López haya querido dar al poema, lo importante para Kirmen es que al elegir a un autor vasco que escribe en euskera el lehendakari ha hecho "un guiño al mundo euskaldún. En Euskadi hay dos culturas, dos lenguas que tienen que convivir. En eso coincido con él".
No obstante, cree que la lectura de 'Maiatza' —mayo en euskera— no significa "que la gente vaya a asociar ni a mi obra ni a mí con una corriente política", explica, porque él está fuera de eso. Escribe para lectores diferentes, y más en un lugar como el País Vasco donde parece que la diferencia es lo único en que todos coinciden. Además, una vez un poema está publicado "pertenece al lector. Eso es lo bonito de la poesía, que cada uno pueda interpretarla".
Y eso es lo que ha hecho Patxi López escogiendo este poema que habla, como dice el autor, "sobre empezar de cero. Sobre cómo los fallos del pasado hay que enmendarlos en el futuro". Pero el poeta ve aún más significado en la elección de estos versos. "Se publicó en el New Yorker y yo creo que él lo sabía. Con eso también está diciendo que somos una cultura pequeña, pero que quiere ser universal".
Lo dice uno de los abanderados de traspasar fronteras. El poeta, de 39 años, ha vivido en Nueva York, donde "vuelve cada año" y donde organiza —entre otras ciudades del mundo—recitales de poesía musicada con la poetisa y traductora de su obra, Elisabeth Macklin, y los músicos Bingen Mendizabal, Mikel Urdangarín, Rafa Rueda. Además su obra ha sido traducida a varias lenguas —alemán, italiano— y su libro 'Mientras tanto dame la mano' está publicado en castellano por la editorial Visor. Su última obra, la novela Bilbao-New York-Bilbao, que se traducirá próximamente al castellano, tiene también ese componente viajero, y a la Gran Manzana como escenario.
Porque la idea de Kirmen es que la poesía debe salir de los libros, estar en la calle, "que es donde está el público". Por eso colabora con artistas plásticos, videoartistas, músicos y otros escritores euskaldunes. "La poesía y la narrativa en Euskadi vive un buen momento. Por primera vez convergemos varias generaciones, la de Atxaga, una intermedia, la mía con Harkaitz Cano, Unai Elorriaga, y otra más joven. Todo esto es muy enriquecedor", cuenta. Esta escena literaria hace que algo se mueva, que la gente se interese, y en el caso de Kirmen Uribe, esto de que Patxi López haya recitado unos versos suyos ayude a su poesía a llegar a más calles. Él se ríe otra vez: "sí, ojalá sea para bien".
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Te quiero, no
Aunque trabajó durante cuarenta años
en los Altos Hornos,
en su interior había todavía un labrador.

En octubre, asaba pimientos rojos
con un soldador
en el balcón de su casa de barrio.

Su voz era capaz de hacer callar
a cualquiera.
Sólo su hija se atrevía con él.

Él nunca decía te quiero.

El tabaco y el polvo de acero
quemaron sus cuerdas vocales.
Dos amapolas a punto de caer.

Cuando se jubiló,
su hija se casó en otra ciudad.
Él le hizo un regalo.

No eran rubíes, ni siquiera seda roja.
Había ido sacando piezas de la fábrica.
Poco a poco, sus manos soldaron una cama de acero.

Él nunca decía te quiero.

Fuente: SOFÍA RUIZ DE VELASCO (SOITU.ES)