Stanley Kubrick, la cámara meticulosa

No es común, en las personalidades ligadas al ámbito cinematográfico, hallar la discreción y el enclaustramiento que caracterizaron a Stanley Kubrick. El director de obras clave del cine mundial como La naranja mecánica y 2001: una odisea del espacio murió repentinamente en su casa en Hertfordshire, en circunstancias poco claras, el 7 de marzo. Contaba 70 años de edad. El portavoz familiar simplemente informó: "Stanley Kubrick ha muerto esta mañana. No habrá más comentarios al respecto". Sólo su esposa, Christiane Herlan, y sus tres hijas, Katherine, Anya y Vivian, además de un séquito de apenas unas cien personas, pudieron asistir al funeral.

Crítico acérrimo del estilo de vida hollywoodense, enemigo de las marquesinas y un apasionado de la meticulosidad en su trabajo, decía en uno de sus primeros filmes que "la individualidad es como un monstruo que debe ser estrangulado en la cuna para que los que te rodean se sientan cómodos". Kubrick se marchó a Inglaterra en 1961. Estableció su residencia en Harpenden, Hertfordshire, y allí se convirtió en un ilustre ermitaño que se negó el resto de su vida a conceder entrevistas y asistir a los múltiples reconocimientos que obtenía por sus obras.

El director neoyorquino deja prácticamente terminada Eyes wide shut, una película en la que se embarcó desde noviembre de 1996 y que cuenta con Tom Cruise y su esposa, Nicole Kidman, en los papeles principales, representando a una pareja de psiquiatras envueltos en una serie de tormentas sexuales. Un video de noventa segundos donde se ve a ambos actores completamente desnudos en un apasionado abrazo es todo lo que se conoce de este filme, que será estrenado el 16 de julio. Como todo lo relacionado con su vida y su trabajo, Kubrick mantuvo un estricto secreto en torno a esta película, y así lo exigió a sus actores y equipo técnico, hasta el punto de que en una proyección privada para los ejecutivos de la Warner —la única vez que la película ha podido ser vista más allá de los límites de su residencia en Hertfordshire— el encargado del proyector fue obligado a realizar su trabajo de espaldas a la pantalla. Como una pista para sus seguidores, se sabe que Eyes wide shut está basada en el relato Traumnovelle, del escritor austríaco Arthur Schnitzler, fallecido en 1931.

Su estilo meticuloso de filmar le ganó el mote de artesano, pero también la incomodidad por parte de actores y técnicos. Su mano estaba generalmente sobre el guión, la producción, la camarografía, la edición, el sonido y la dirección de cada una de sus películas, de lo que se desprendió el más personal cine de autor. Solía repetir decenas de veces una escena, hasta alcanzar el grado que él consideraba perfecto. Aunque había afirmado que Eyes wide shut le satisfacía, horas antes de morir había hablado con uno de los ejecutivos de la Warner sobre cambios sustanciales en la música. Los actores Harvey Keitel y Jennifer Jason Leigh decidieron abandonar el rodaje cuando Kubrick les telefoneó para anunciarles que debían hacer nuevamente todas sus escenas.

Cruise y Kidman, sin embargo, se jugaron el todo por el todo con tal de protagonizar un filme del que ha sido calificado como el último gran maestro del cine contemporáneo. En los últimos meses, debieron viajar a Inglaterra en reiteradas oportunidades, siempre bajo las agudas exigencias del cineasta. "Kubrick era como de nuestra familia, estamos conmocionados y hundidos", habría dicho Cruise al enfrentarse a la prensa después de la muerte del director.

Era proverbial su miedo a volar, por lo que filmó en Inglaterra películas como Full metal jacket, de 1987, ambientada en la guerra de Vietnam, y la misma Eyes wide shut, cuya historia se desarrolla en Nueva York. Para esta su última realización, hizo disfrazar de calles neoyorquinas los estudios ingleses de Pinewood.

Kubrick había nacido en el Bronx el 26 de julio de 1928. De raíces europeas, el padre de Kubrick era un médico que atendía a sus vecinos del Bronx y que logró inculcar en el joven Stan sus dos mayores pasiones: el ajedrez, que le acompañó toda su vida y en el que era considerado un experto, y el cine, en el que lo involucró cuando a los trece años puso en sus manos su primera cámara fotográfica, con la que descubre su mirada personal sobre la imagen.

Cumplidos los 17, Kubrick entra a la revista Look como fotógrafo, profesión en la que alcanzó los primeros escalones de la fama al convertirse en uno de los mejores pagados del medio, en el que se desempeñó durante cuatro años. En 1950 realiza su primer cortometraje, Day of the fight, con una cámara de 35 milímetros y una destreza recién adquirida en la forma de manipularla. Un año después filma Flying Padre, y es el momento en que decide dedicarse de lleno al séptimo arte. Entre 1952 y 1955 produciría The seafarers, Fears and desire y Killer's kiss.

Su aparición definitiva en la escena cinematográfica fue en 1956 con Atraco perfecto. En 1957 filmó Senderos de gloria. De ambas películas dice Ángel Fernández Santos: "La primera, un thriller de tiralíneas, y la segunda, un filme de guerra con nitidez de teorema. Ambas siguen al pie de la letra el patrón, la ley genérica, pero hay algo en ellas que, al mismo tiempo, hace añicos ese patrón, esa ley. Ese algo está en la formidable singularidad de la mirada de Kubrick".

Espartaco, de 1960, ha sido calificada como su obra más hollywoodense, por la espectacularidad de sus escenas, pero no deja de tener el característico sello personal que imprimía con su creciente espíritu perfeccionista. Al llevar a la pantalla en 1962 la novela de Vladimir Nabokov, Lolita —la historia de una relación tormentosa entre un hombre maduro y una femme fatale adolescente—, perpetró una certera crítica a la hipocresía social —prevaleciente en torno al tema del amor— y a la blandengue postura del cine ante los problemas del hombre como animal de pasiones.

En 1964 filma Dr. Strangelove or How I learned to stop worrying and love the bomb, protagonizada por Peter Sellers, una oscura comedia sobre la irracionalidad de la carrera atómica. Es la antesala de 2001: una odisea espacial, una de las películas más complejas jamás realizadas, filmada en 1968. Esta película presenta a Hal 9000, una computadora equipada con inteligencia artificial que intenta controlar una misión astronáutica, en una dura visión del progreso científico como potencial punto de partida para la destrucción de la humanidad. El siguiente paso en la filmografía de Kubrick sería La naranja mecánica, de 1971, donde nuevamente despliega su apreciación fatalista de los avances científicos, esta vez en la forma de una terapia de la aversión que el Estado experimenta en un intento para controlar a los antisociales. Esta película representó la consagración del actor Malcolm McDowell.

Martin Scorsese ha dicho de Barry Lyndon, su siguiente película —en la que un hombre apuesta a la conquista de una dama de sociedad, en la Inglaterra victoriana, para elevar su propio estatus—, filmada en 1975, que a través de su impresionante barroquismo se puede apreciar la que quizás sea la más perfecta obra del séptimo arte. Le seguirían El resplandor, de 1980, en la que Jack Nicholson interpreta a un hombre influido por los demonios que habitan en un viejo hotel al que le han encargado cuidar durante el invierno; y Full metal jacket, de 1987, una visión muy personal de la guerra de Vietnam. Han pasado doce años entre esta película y Eyes wide shut.

Uno de sus admiradores más consecuentes era su colega Steven Spielberg, para quien Kubrick era "un gran incomprendido", alguien generoso para quien fuera capaz de impresionarle con una buena película. "Se le veía como a un ermitaño porque rehuía a la prensa. Pero para quienes tuvimos la oportunidad de conocerlo era como un oso de peluche, amable y apasionado". En el lado opuesto, Malcolm McDowell, el Alex de La naranja mecánica, decía hace algún tiempo: "¿Extraordinario? Sí. ¿Brillante? Sí. Pero, como ser humano, vaya, ése es un examen del que no pasa muy bien que digamos".

Fuente: Letralia, Tierra de Letras