Juan Félix Sánchez fue un artista popular de origen merideño, reconocido y apreciado por ser un hombre sencillo y por tener una admirable vocación por diversas artes y técnicas.
Juan Félix nació en Mayo de 1900 en San Rafael de Mucuchíes, población del estado Mérida. Desde muy joven manifestó su creatividad y necesidad de expresión artística de diversas formas, fue un hombre de gran fervor religioso, y en su obra se expresa claramente ese sentido místico y ese profundo sentimiento religioso. Trabajó diversas áreas, entre ellas arquitectura, talla, tejido, narración y diseño y elaboración de muebles, además de desempeñarse en los oficios típicos de la zona donde nació, tales como al agricultura, constructor, payaso, secretario del prefecto y titiretero.
Juan Félix siempre estuvo profundamente influenciado por la religión, realizó largos retiro espirituales en los páramos merideños, su obra siempre giró en torno a su mundo religioso. Fue un maestro del silencio, de la observación, levanto diversas obras arquitectónicas en el páramo donde trascurrió su vida, entre las obras más reconocidas destaca la Capilla de San Rafael, erigida en honor a la patrona de Venezuela, la Virgen de Coromoto; el complejo del Tisure, proyecto formado por capillas de piedra, terrazas, plazas, pesebre y calvario. Estas obras destacaron por ser construidas en piedras de la región, el utilizó lo que el llamó la estética de lo feo, escogió las piedras más rugosas e irregulares como material para construir sus capillas, estas capillas fueron construidas en honor a la Virgen de Coromoto, y a José Gregorio Hernández, las mismas fueron levantadas con una rapidez increíble, el piso, paredes y la pila de agua bendita de la Capilla de José Gregorio están realizadas en piedra, el altar fue construido en mármol, faros y vidrio picado, utilizó madera en la realización de los candelabros, sillas y personajes que ocupan el recinto. La Capilla de San Rafael en plena entrada del pueblo, es muy similar a la capilla Grande, y es de acceso fácil a los visitantes y transeúntes.
Destacó también en la talla de madera, obra en la que expresó la esencia de lo natural, Juan Félix tallaba la madera inspirándose en el mismo tronco escogido, él hacia afluir el espíritu de la materia, en sus tallas no utilizó nunca barnices ni colores, siempre conservó la naturalidad de la materia prima, como en sus obras arquitectónicas la talla estuvo siempre cargada de religiosidad, también representó a través de las tallas la vida cotidiana del páramo, su gente, sus animales.
Además de tallas y arquitectura se dedicó a los tejidos, el tejido es una tradición típica de los páramos, él comenzó a los veinte años y al pasar del tiempo construyó un telar de tres lizos, innovación con la que logró desarrollar diversos diseños geométricos incorporados a los tejidos generando efectos visuales. Siempre utilizó colorantes de origen vegetal, tejió cubrecamas, ruanas y cobijas, también elaboró sombreros utilizando como único material la vena extraída del cogollo de caña.
En 1997 acompañado de Epifanía Gil, su compañera de vida muere Juan Félix Sánchez, ese día el cielo parameño se vistió de gris, pobladores y habitantes de todos los pueblos llenaron las calles de San Rafael, rindiendo homenaje a el hijo insigne de Mérida, hoy sus restos yacen en su capilla querida, en su obra, su espíritu se dice que habita en su casa y en su obra, seguramente cuidando a su gente y su páramo.