Poeta venezolano. Su obra puede considerarse una aventura personal, es decir, no dependiente de una influencia determinada, aunque podría pensarse en él como un escritor de la estirpe de Stéphane Mallarmé. Silva Estrada no perteneció a grupo alguno y, aunque representa una experiencia poética singular dentro de la literatura venezolana, pueden reconocerse huellas de su poesía en poetas posteriores. Su labor se funda en el lenguaje, fiel a la concepción de que la escritura es un universo paralelo al cotidiano, que se construye, explica y justifica mediante palabras. El apotegma que escribió en su libro Los moradores (1975), “La poesía desde el amanecer”, parece constituir el signo que ilumina toda su labor literaria. Ello se hizo evidente desde su primer libro, De la casa arraigada (1953). Sus versos pueden explicarse según una imagen del propio poeta la del “enigma andariego”, que permite conciliar la búsqueda de un lenguaje propio con la manifestación de la angustia frente a la existencia, la incertidumbre, la sensación de destierro (como en “Algo I”) y la confusión (como en “Imposibilia”). Ha publicado, además, Cercos (1954); Del traspaso (1962), Integraciones. De la unidad en fuga (1962), Literales (1963), Lo nunca proyectado (1963), Transverbales I (1967), Acercamientos (1969), Transverbales II y Transverbales III (1972), Los quintetos del círculo (1978), Contra el espacio hostil (1979), Dedicación y ofrendas (1986) y el ensayo La palabra transmutada (1989).
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ALGO
1.
Afirmar las pisadas extrañas sobre tierra extranjera
mi tierra—
hasta llegar a tener rostro.
Un árbol espinoso cobija el abismo de estancia,
mi cuerpo en una duración ajena—
la tierra, reacia—
la tierra que aún no sabe de cosmos
porque los despojos de la deaposesión se abren paso
bajo un cielo no domado que se erige en valla
Contra el umbral penumbroso y en vilo
golpean los nudillos apenas planetarios
2.
Donde la tierra se encuentra con la tierra
en este cuerpo
a chispazos torpes del fuego agazapado
algo se explaya entre grumos de ritmo
3.
Eres el equilibrio tú
mi posible extensión de la humareda de algo
4.
Trae la voz a nuestra voz
trae la forma a nuestro hacer
algo siempre al fondo de su reserva
castigando el olvido que lo abarca
5.
Tener piel
tener hasta el aire al entrar
a descampado en compañía
y contenidos en el espacio igual
crear el hábito sorprendente
y el habitar
en el entero exilio del instante y de siempre
cuando algo espacia y nos guarece
en la creación de un espacio habitado
6.
Resuena a través de la indiferencia rocosa
donde las pisadas abren signos,
Resuena a través del desasimiento irrespirable
donde la aspiración relega toda sombra,
Es casi voz
palpar la resonancia inescrutable
7.
Camino envolvente
llevarlo en la espalda
abarcarlo
con el primer gesto
Recoger con los pasos
los ecos hundidos
y acogerse al camino de siempre
Saborear la extrañeza de ir
escuchar la tierra
entre ruidos que atan el fervor caminante
Hasta desembocar
con el camino
en pleno día vertebrándose
De Acercamientos, 1963-1967