El director argentino-israelí Daniel Barenboim vuelve esta semana a Buenos Aires para brindar una serie de conciertos en el Teatro Colón, un final emotivo para una gira por varios países latinoamericanos con su orquesta juvenil West- Eastern Divan y que coincide con el aniversario de su debut como pianista hace 60 años, el 19 de agosto de 1950.
El sábado 21 brindará junto a la West-Eastern Divan un recital gratuito en uno de los monumentos más emblemáticos de Buenos Aires: el Obelisco.
En el marco de las celebraciones en conmemoración del Bicentenario de la independencia, Barenboim, de 67 años, ya ofreció conciertos en República Dominicana, Venezuela, Ecuador y Colombia, y también en su ciudad natal el músico presentará un ambicioso repertorio, que incluye por primera vez el ciclo completo de las nueve sinfonías de Ludwig van Beethoven ejecutado por la orquesta de jóvenes árabes, israelíes y españoles.
Entre este miércoles y el 31 de agosto, Barenboim interpretará en el Colón también con la West-Eastern Divan (Orquesta del Diván de Oriente y Occidente) varias obras de música de cámara, entre ellas el Septeto de Beethoven, el Quinteto de Robert Schumann, el "Dérive 2" para once instrumentos de Pierre Boulez y las Cinco piezas para orquesta de Arnold Schönberg, que el músico tocará con su mujer, la pianista Elena Bashkirova.
Durante su estadía en Buenos Aires, dirigirá además las dos composiciones centrales de Giuseppe Verdi: la "Misa de réquiem" y la ópera "Aída", en una versión concertante, interpretadas por la orquesta y el coro de la Scala de Milán.
La presentación de Barenboim en el recientemente reinaugurado Teatro Colón se realiza con más de dos años de retraso. Originalmente, el "maestro" tenía previsto dirigir la orquesta de la Opera Estatal de Berlín el 25 de mayo de 2008, en homenaje a los cien años y a lo que iba a ser la reapertura del mayor teatro lírico del país y uno de los más importantes del mundo. Pero los retrasos en las obras de remodelación lo obligaron en aquel momento a realizar el concierto de honor en el Luna Park, escenario de recitales de música popular y eventos deportivos.
"Es como si te invitasen al cumpleaños y no estuviese el anfitrión. Me duele en el alma", se lamentó en ese entonces el director en referencia a la situación que atravesaba el Colón. "Mi sueño es dirigir aquí en la reinauguración en 2010", agregó. Un deseo casi cumplido.
Barenboim nació en 1942 en Buenos Aires, en el seno de una familia de emigrantes rusos profesores de piano. Su primer concierto lo ofreció en la capital argentina cuando contaba con apenas siete años, el 19 de agosto de 1950, fecha que coincidirá esta vez con la presentación de las sinfonías 3 y 4 de Beethoven.
Su infancia estuvo fuertemente marcada por la música. "No conocía prácticamente a nadie que no tocara el piano. En la concepción que tenía yo entonces, todo el mundo tocaba ese instrumento", escribió en sus memorias.
En 1952 emigró con su familia a Israel, donde se nacionalizó. Más tarde se formó en Italia y en París y comenzó a dar conciertos en Estados Unidos, Latinoamérica, Australia y Cercano Oriente.
Barenboim se desempeñó como director musical de la Orquesta de París (1975-1989) y luego pasó a ser el sucesor de Georg Solti en la dirección de la Orquesta Sinfónica de Chicago (1991-2006). Desde 1992 está al frente de la Staatsoper de Berlín, donde es director vitalicio.
En 1987 tuvo que superar la muerte por esclerosis múltiple de su esposa, la violoncelista británica Jacqueline du Pré. Más tarde se casó con Elena Bashkirova, con la que tiene dos hijos.
Junto al fallecido escritor y filósofo de origen palestino y nacionalizado estadounidense Edward Said (1932-2003) fundó en 1999 la orquesta West-Eastern Divan, cuyo nombre proviene de una antología de poemas líricos de Johann Wolfgang von Goethe, inspirados en la poesía persa.
En la actualidad la orquesta, financiada por la Junta de Andalucía y que cada año se reúne a finales de julio en Sevilla para ensayar antes de iniciar su gira anual, está compuesta por 36 jóvenes de origen árabe, 43 israelíes, 16 españoles y 5 músicos de otros países.
Desde su creación ha recibido varios premios, entre otros, el Príncipe de Asturias de la Concordia en 2002 para Barenboim y Said, el Premium Imperiale concedido por la Japan Arts Association y el Premio de la Fundación Wolf de las Artes de Jerusalén.
En julio de 2001 generó una gran polémica con su representación en Jerusalén de partes de la ópera "Tristán e Isolda", del compositor alemán Richard Wagner, conocido por su antisemistismo.
"Lucho contra la ignorancia de los israelíes y los palestinos", explicó en cierta ocasión el músico, con pasaporte español y ciudadanía palestina honoraria. "Chinos, europeos, judíos, musulmanes: todos somos iguales frente a la Quinta de Beethoven", dijo.
"Tengo varias identidades. No soy sólo judío, argentino o residente en Alemania. Una persona moderna se identifica por la posibilidad de tener más de una identidad", explicó el músico, cuya condición de inmigrante lo hizo adquirir esa forma de entender el mundo y la vida.
Y eso se aplica también a la música: "Cuando dirijo una sinfonía de Bruckner soy, consciente o inconscientemente, centroeuropeo, mientras que cuando toco un tango, soy argentino", recalcó Barenboim, nombrado en 2008 ciudadano ilustre de la ciudad de Buenos Aires.
El sábado 21 brindará junto a la West-Eastern Divan un recital gratuito en uno de los monumentos más emblemáticos de Buenos Aires: el Obelisco.
En el marco de las celebraciones en conmemoración del Bicentenario de la independencia, Barenboim, de 67 años, ya ofreció conciertos en República Dominicana, Venezuela, Ecuador y Colombia, y también en su ciudad natal el músico presentará un ambicioso repertorio, que incluye por primera vez el ciclo completo de las nueve sinfonías de Ludwig van Beethoven ejecutado por la orquesta de jóvenes árabes, israelíes y españoles.
Entre este miércoles y el 31 de agosto, Barenboim interpretará en el Colón también con la West-Eastern Divan (Orquesta del Diván de Oriente y Occidente) varias obras de música de cámara, entre ellas el Septeto de Beethoven, el Quinteto de Robert Schumann, el "Dérive 2" para once instrumentos de Pierre Boulez y las Cinco piezas para orquesta de Arnold Schönberg, que el músico tocará con su mujer, la pianista Elena Bashkirova.
Durante su estadía en Buenos Aires, dirigirá además las dos composiciones centrales de Giuseppe Verdi: la "Misa de réquiem" y la ópera "Aída", en una versión concertante, interpretadas por la orquesta y el coro de la Scala de Milán.
La presentación de Barenboim en el recientemente reinaugurado Teatro Colón se realiza con más de dos años de retraso. Originalmente, el "maestro" tenía previsto dirigir la orquesta de la Opera Estatal de Berlín el 25 de mayo de 2008, en homenaje a los cien años y a lo que iba a ser la reapertura del mayor teatro lírico del país y uno de los más importantes del mundo. Pero los retrasos en las obras de remodelación lo obligaron en aquel momento a realizar el concierto de honor en el Luna Park, escenario de recitales de música popular y eventos deportivos.
"Es como si te invitasen al cumpleaños y no estuviese el anfitrión. Me duele en el alma", se lamentó en ese entonces el director en referencia a la situación que atravesaba el Colón. "Mi sueño es dirigir aquí en la reinauguración en 2010", agregó. Un deseo casi cumplido.
Barenboim nació en 1942 en Buenos Aires, en el seno de una familia de emigrantes rusos profesores de piano. Su primer concierto lo ofreció en la capital argentina cuando contaba con apenas siete años, el 19 de agosto de 1950, fecha que coincidirá esta vez con la presentación de las sinfonías 3 y 4 de Beethoven.
Su infancia estuvo fuertemente marcada por la música. "No conocía prácticamente a nadie que no tocara el piano. En la concepción que tenía yo entonces, todo el mundo tocaba ese instrumento", escribió en sus memorias.
En 1952 emigró con su familia a Israel, donde se nacionalizó. Más tarde se formó en Italia y en París y comenzó a dar conciertos en Estados Unidos, Latinoamérica, Australia y Cercano Oriente.
Barenboim se desempeñó como director musical de la Orquesta de París (1975-1989) y luego pasó a ser el sucesor de Georg Solti en la dirección de la Orquesta Sinfónica de Chicago (1991-2006). Desde 1992 está al frente de la Staatsoper de Berlín, donde es director vitalicio.
En 1987 tuvo que superar la muerte por esclerosis múltiple de su esposa, la violoncelista británica Jacqueline du Pré. Más tarde se casó con Elena Bashkirova, con la que tiene dos hijos.
Junto al fallecido escritor y filósofo de origen palestino y nacionalizado estadounidense Edward Said (1932-2003) fundó en 1999 la orquesta West-Eastern Divan, cuyo nombre proviene de una antología de poemas líricos de Johann Wolfgang von Goethe, inspirados en la poesía persa.
En la actualidad la orquesta, financiada por la Junta de Andalucía y que cada año se reúne a finales de julio en Sevilla para ensayar antes de iniciar su gira anual, está compuesta por 36 jóvenes de origen árabe, 43 israelíes, 16 españoles y 5 músicos de otros países.
Desde su creación ha recibido varios premios, entre otros, el Príncipe de Asturias de la Concordia en 2002 para Barenboim y Said, el Premium Imperiale concedido por la Japan Arts Association y el Premio de la Fundación Wolf de las Artes de Jerusalén.
En julio de 2001 generó una gran polémica con su representación en Jerusalén de partes de la ópera "Tristán e Isolda", del compositor alemán Richard Wagner, conocido por su antisemistismo.
"Lucho contra la ignorancia de los israelíes y los palestinos", explicó en cierta ocasión el músico, con pasaporte español y ciudadanía palestina honoraria. "Chinos, europeos, judíos, musulmanes: todos somos iguales frente a la Quinta de Beethoven", dijo.
"Tengo varias identidades. No soy sólo judío, argentino o residente en Alemania. Una persona moderna se identifica por la posibilidad de tener más de una identidad", explicó el músico, cuya condición de inmigrante lo hizo adquirir esa forma de entender el mundo y la vida.
Y eso se aplica también a la música: "Cuando dirijo una sinfonía de Bruckner soy, consciente o inconscientemente, centroeuropeo, mientras que cuando toco un tango, soy argentino", recalcó Barenboim, nombrado en 2008 ciudadano ilustre de la ciudad de Buenos Aires.