Frantz Omar Fanon: Algunas Lecciones Urgentes Para La Revolución Bolivariana

En estos momentos se profundiza en Venezuela la discusión sobre “ideología y práctica”: William Izarra explica la “Misión Ideología” y Mavian de la “Red Bolivariana” habla sobre la “ideología endógena”. Refiriéndonos precisamente al último, recomendamos urgentemente un profundo estudio de las excelentes obras tanto del fallecido politólogo venezolano Ludovico Silva, “Teoría-Práctica de la Ideología”, “La Plusvalía Ideológica” y “Anti-Manual” (que los Bolivarianos deberían estudiar conscientemente), como de Gajo Petrovic, et al, “Práxis, Revolución y Socialismo”. En este espíritu revolucionario, el siguiente comentario quiere ser una contribución emancipatoria hacia la praxis científica y la teoría filosófica dentro de la Revolución Bolivariana.

Hace un tiempo atrás, en un artículo en Vheadline.com hemos tratado el concepto ideológico “raza” y sus implicaciones globales en términos tales como “fascismo”, “racismo” o “prejuicio racial”; las raíces históricas del racismo oligárquico en Venezuela, su significado después de la revolución burgués-democrático-capitalista globalizada, su sublimación colonial psicológica en los medios masivos, la moral, la ética, la estética, la política, la ideología y la religión en Venezuela, América Latina y en otras partes.

Hace casi 40 años, dentro del contexto de la lucha armada revolucionaria en África contra la hegemonía metropolitana global, Frantz Omar Fanon nos explicó a los Latinoamericanos la relación ideológica entre el Capitalismo y el Racismo, especialmente la superación trascendental de la Revolución Social hacia la Emancipación Global. En previos comentarios hemos indicado que la Discriminación Social, el “complejo hegemonial” norteamericano, sus síndromes del “Dominio de Pleno Espectro” y del “Control Territorial”, trasmitidos como racismo oligárquico y “superioridad de raza” a Venezuela - y como fueron generados por el proceso del trabajo trans-histórico, capitalista, imperialista y alienador como su tercer elemento básico de su quintaesencia sub-humana - no es nada más que el reflejo y la reflexión sobre-estructural de la “división internacional del trabajo”, del Mercado Mundial y de las existentes y constitucionalmente ratificadas relaciones sociales de la propiedad privada de los medios de producción y medios masivos de comunicación.

En sus famosas obras, Frantz Fanon manifestó claramente que no hay Capitalismo ni Acumulación de Capital sin Racismo y no hay Racismo sin Capitalismo. En Venezuela, como objetivo social inalienable de la Revolución Bolivariana, para realizar “Nuestro Socialismo” (Hugo Chávez) de manera victoriosa, es decir, para emanciparnos de la esclavitud salarial “neoliberal” salvaje, del Capitalismo imperial oligárquico y del Corporatismo estadounidense, para eliminar exitosamente al Racismo, no tenemos otra opción sino la de aniquilar al Capitalismo mismo a escala mundial.

Como Fanon indicó en “Los Condenados de la Tierra” (Nueva York, 1965), no se puede envenenar la “mamba negra” con su propio veneno reformista, no se puede eliminar al Capitalismo con sus propios inventos productivos y reproductivos, con los fines y objetivos de la Revolución Francesa burgués-democrática intra-sistémica, con su meta alcanzada: la Globalización. ¡No se puede servir a Cristo y al Dinero al mismo tiempo! Ni siquiera en tiempos críticos de renacimiento revolucionario, y especialmente no en las realidades trans-históricas. Igual como lo hizo durante siglos, el tiburón yanqui inmediatamente nos arrancaría nuestro pequeño dedo latinoamericano mendigando por la reconciliación reformista y el diálogo democrático.

Fanon nos enseñó categóricamente este simple e intrínseco truismo esencial de la verdadera Emancipación Humana. La Revolución Mundial Permanente y el Socialismo solamente es una conditio sine qua non para la Emancipación Humana Global y para la libre Creación Humana.

Además, Fanon advirtió que con un “maquillaje” social reformista e intra-sistémico de una cultura global capitalista en agonía, con una redistribución de la riqueza, ganancia, tazas de intercambio, bienes e ingreso capitalista más “libertaria e igualitaria”, con una “justicia social” militar globalizada, con la construcción de nuevas “clases medias” enriquecidas, que presuponen clases bajas y clases altas parasitarias y con alianzas políticas entre “Capital y Trabajo”, solamente excavamos nuestras propias tumbas de la clase obrera, realizando el ALCA en América Latina y su correspondiente NEPAD en África, en cuyos epicentros ya habían caído Nelson Mandela y Thabo Mbeki como víctimas trágicos de la “subasta” del Banco Mundial y el Fondo Monetario Internacional.

Ahora, ¿qué tiene que ver el racismo con el “Ser Humano” colonizado y con la todavía existente mentalidad puntofijista de amo-esclavo y de capitalista-trabajador en Venezuela, a la cual se refiere Sartre en su Introducción a “Los Condenados de la Tierra” de Frantz Fanon? Este asunto central se refiere a la conciencia revolucionaria de clase no sólo en Argelia y África, sino también en Venezuela y América Latina. Tiene que ver con la pregunta - a pesar del hecho que muy pocos camaradas hablan oficialmente de una lucha de clases en Venezuela - si de facto las masas venezolanas, durante el “Caracazo” de 1989 y el “Golpe Militar” de 2002 habían actuado o no bajo la influencia de su conciencia de clase en un sentido revolucionario radical.

Para contestar esta pregunta obligatoria de manera científica, sería necesaria una psicología revolucionaria dentro de una teoría emancipatoria, que por razones obvias no se puede elaborar aquí.
Sin embargo, precisamente para contrarrestar la discriminación social en todas sus formas y para desarrollar una nueva teoría revolucionaria, es decir, una teoría de la emancipación, Fanon ya había sugerido el desarrollo de una Nueva psicología de las Relaciones Coloniales. Sus nuevas ideas revolucionarias sobre la Psiquiatría y la Naturaleza de la Terapia las expuso en sus famosos escritos: “Los Condenados de la Tierra”, “Piel Negra, Mascaras Blancas” y “Hacia la Revolución Africana”. Sin embargo, para explicar la Nueva Praxis y Teoría de Fanon, su “Nuevo Socialismo”, igual que en el caso de Simón Bolívar y Hugo Chávez Frías, no podemos separar su Ciencia Praxica y su Filosofía Teórica de su verdadera vida y de su verdadero contexto histórico. De manera muy breve y solamente resaltando los eventos más importantes, para aquellos que todavía Fanon les es familiar, en seguida su vida histórica.
Frantz Omar Fanon, el sicoanalista y filósofo social de la India Occidental nació en 1925 en Martinica Francesa y murió el 6 de diciembre de 1961 en Bethesda, Maryland, EE.UU. En su juventud recibió su educación básica en Martinica y Francia. Durante la Segunda Guerra Mundial intra-imperialista europea, junto a Senghor, sirvió en el ejército francés; después terminó sus estudios en medicina en la Universidad de Lyon. Luego se fue a Argelia, donde, entre 1953 y 1956, dirigió el departamento psiquiátrico del Hospital Blida-Joinville. En 1954 se unió al movimiento de liberación y 2 años después llegó a ser editor en jefe de su famosa revista El Moudjahid que se publicó en Tunis. Luego se formó un “Gobierno Provisional” rebelde y en 1960, Fanon fue embajador de Argelia en Ghana. Su famosa obra “Los Condenados de la Tierra” cuyo título lo tomó de la canción socialista “La Internacional”, fue publicada por Jean Paul Sartre en el año de su muerte. Fanon murió el 6 de diciembre de 1961 en los Institutos Nacionales de Salud en Bethesda, Maryland, donde había buscado tratamiento para su cáncer. A su petición, su cuerpo fue trasladado a Argelia y sepultado con honores por el Ejército de Liberación Nacional de Argelia.
Ahora, porque pertenecen a su corta biografía, nos permitimos algunos comentarios sobre sus 2 obras principales, escritas entre 1952 y 1961. “Piel Negra, Máscaras Blancas” refleja sus frustraciones personales con la discriminación colonial y con el racismo. En su temprana juventud, Fanon llegó a la conclusión que él mismo debería saber y entender su esencia, como él es y como lo ve el mundo. Esto es la razón, por la cual llegó a ser un escritor, un escritor de la esencia, un escritor politólogo. Este secular “¡Conócete a ti mismo!” es pertinente para la Revolución Bolivariana, es el origen para una conciencia individual de clase y de una eventual conciencia social revolucionaria de la clase obrera.
Nos enseñó, qué hacer y qué pensar en nuestros Círculos Bolivarianos revolucionarios y en nuestras Misiones y Proyectos Sociales Endógenos. Fanon quería anotar y entender las absurdidades y posibilidades de una racionalización del mundo en el cual vivió. No sólo se quería comunicar con otros, sino también quería comunicar la posibilidad de su experiencia común, de hacer la revolución y de crear la emancipación. Precisamente durante este proceso, igual que nosotros, se vio confrontado con la Guerra de Información global y globalizada, con conspiraciones engañosas, Grandes Mentiras, con la Discriminación Social y con el Racismo.

Como Caribeño, como Venezolano, como Martiniqueño, “emblanquecido” por un colonialismo pálido e insolente, pero completamente “negro” en los ojos azules aristocráticos de “colon”, del colonizador, de los oligarcas, pero también en los ojos marrones odiosos de los colonizados, quería analizar a nivel psicológico e ideológico las raíces de este mal, del Racismo, y desarrollar una verdadera “panacea” revolucionaria y emancipatoria contra esta plaga social de la humanidad.

Con la edad de 27 años, Fanon publicó “Piel Negra, Máscaras Blancas” cuando su cosmovisión ya había trascendido las relaciones humanas simples y la simple explicación de eventos aislados. Su pensamiento filosófico se volvió más complejo, más complicado y más teórico; a nivel intelectual, esto era la única manera de comprender las complejidades sociales y coloniales universales.

Como ya era verdad en el caso de Simón Bolívar mismo, deberíamos aprender de Fanon la manera de cómo erradicar nuestro odio inculcado contra la teoría, cómo eliminar nuestras ideologías favoritas, nuestras doctrinas y nuestros dogmas religiosos, nuestra flojera intelectual, nuestro gusto para lo concreto y nuestro miedo a la filosofía de la “torre de marfil”, de una vez por todas.

De hecho, en la propia lucha armada revolucionaria sangrienta, Fanon estaba pensando, cosa que no es lo mismo que un paseo dominical de compras, estaba estudiando la “Fenomenología del Espíritu” de Hegel y “Being and Nothingness” de Sartre. En las Universidades Bolivarianas, sólo para un humilde comienzo, recomendaríamos urgentemente el estudio de esas obras, incluyendo “El Capital” de Marx y las obras de los pensadores latinoamericanos de la teoría de la dependencia, a todos los camaradas.

El Presidente Chávez ya está leyendo la “Revolución Permanente” de Trotski, entonces no tenemos excusa de no hacer lo mismo y comenzar a filosofar nosotros mismos también. En consecuencia ¿cuales eran los resultados filosóficos precognitivos, cognitivos y retrocognitivos de los esfuerzos intelectuales y racionales de Fanon?

Llegó a la conclusión y a la pregunta vital de que si era posible, que de manera revolucionaria los “colonizados”, o sea todos aquellos similares a él, con piel negra y máscaras blancas, serían capaces de vivir en relaciones emancipadas y en solidaridad y formar relaciones desalineadas e históricas.
Como resultado de sus estudios sociales, psicológicos, económicos y políticos e igual al actual espíritu revolucionario del Presidente Chávez de Venezuela, como mencionado anteriormente, postuló una solidaridad práxica de verdaderos sentimientos entre los “colonizados”, analizó su “falsa” identidad, las “raíces” falsificadas de su identidad y enfatizó su explotación capitalista y su depravación social in sustentable.
Además explicó, que el llamado individuo existe a través de un nexo social, capturado en una enorme RED, la cual ni la tenían, ni podían describir en sus más finos detalles ni Marx ni Freud. Ninguno de ellos, ni mucho menos los demás se preocuparon de los “negros” y su “psiquis” o con sus condiciones de vida o sus problemas. Esas “herramientas que hablan”, de tercera clase del “Tercer Mundo”, esos “burros” sucios y hediondos sencillamente no merecían una consideración psicológica o filosófica; sus “instintos animales” no sirvieron ni para el uso ni para el abuso de la “Filosofía” aristocrática o burgués-democrática ( véase: Voltaire, Montesquieu, Hegel, e incluso Marx y Engels).

Ahora, Bolivarianos, ¿qué método libertador sugirió Fanon para una consideración revolucionaria urgente? Un método muy simple y práctico. Consideró las relaciones entre “colonizados” y “colonizadores”, entre amos y esclavos, entre capitalistas y trabajadores, entre “Cisneros” y “Recoge-latas” como parte de un sistema global rígido. Para “descongelarlas” sugirió una metamorfosis revolucionaria de esas relaciones básicas. Esto implicó, a nivel individual, un constante proceso de reconocimiento activo y lleno de pensar, basado en adquirir una forma de pensar, de conciencia, de teoría (y no ideología) revolucionaria más desarrollada, y el desarrollo permanente de sujetos, objetivos y “transjetivos” de emancipación. Dibujando un cuadro detallado rembrantesco - en cuanto a las cooperativas revolucionarias en Venezuela se refiere - insistió, que a nivel colectivo se debería lanzar un nuevo proceso de redescubrimiento, que no fuera influenciado por la educación capitalista colonial o por la historia imperialista, que se debería iniciar una revisión y reevaluación del propio pasado y de aquel de todas las clases oprimidas, dominadas y discriminadas y que finalmente se descubriría un sistema monstruoso de conquista, robo, saqueo y mentiras globales, que hay que destruir por todos los medios necesarios, incluyendo la violencia emancipatoria, para pavimentar el camino hacia un “nuevo hombre”, que sería consciente de sí mismo y que asumiría una nueva identidad emancipada.

Esto, que también Ché Guevara lo describió como su “Nuevo Hombre”, debería ser la quintaesencia revolucionaria de todos nuestros esfuerzos en el campo educativo, en nuestras misiones y en nuestras escuelas y universidades Bolivarianas aquí en Venezuela.

Sin embargo, llegando a la parte esencial del famoso clásico de Fanon, ¿qué fue lo que explicó sobre la violencia emancipatoria y la autodefensa? ¿Qué fue lo que sugirió para que nosotros contrarrestemos el eterno fascismo y terrorismo norteamericano?

Para liberar a Argelia, África y el resto del “Tercer Mundo” tanto de manera individual como social de la corrupción global y globalizada, de las intrigas y conspiraciones, del genocidio, la manipulación, el adoctrinamiento y el control mental, Fanon, en sus “Condenados de la Tierra”, defendió la auto-defensa y la contra-violencia revolucionaria como remedio contra todo el daño psicológico y físico causado por el colonialismo y el imperialismo a escala global.

¿Por qué Fanon llegó a esta solución emancipatoria radical?

Fanon estaba convencido que la “contrarrevolución” violenta, es decir la autodefensa violenta emancipatoria era el único medio para los miles de millones de campesinos empobrecidos, el “lumpen proletariado” sufrido y los trabajadores o desempleados de África (para sus sujetos revolucionarios) de terminar con su explotación, represión, discriminación, alienación psicológica y traumas culturales terroristas y coloniales.

Explicó que la lucha armada revolucionaria “es una fuerza purificadora que libera al nativo de su complejo de inferioridad, de su desesperación y de su inacción; lo vuelve sin temor y restaura su auto-respecto”.

En su obra previa, ya había explicado este drama personal de todas las personas “negras” y de “color” de la manera siguiente: “No tengo el deseo de ser víctima del fraude de un mundo negro. Mi vida no debería dedicarse a establecer el balance general de los valores de los Negros. No existe un mundo blanco, una ética blanca más que existe una inteligencia blanca. En todas partes del mundo hay hombres que buscan. No soy un prisionero de la historia. Allí no debería buscar el significado de mi destino. Constantemente debería recordarme que el verdadero salto consiste en la introducción y en el invento dentro de la existencia. En el mundo donde estoy viajando, me estoy creando eternamente”. (Véase: Frantz Fanon, Piel Negra, Máscaras Blancas, 1952).

Dejando a un lado para un momento sus experiencias personales y los numerosos intentos de su asesinato, que ya son suficientes razones para llegar a conclusiones tan “radicales”, su tesis emancipatoria, como la expresó en su noción del efecto purgante de la contra-violencia, de la “fuerza purificadora”, de su “perdón real”, era la de que la descolonización y la emancipación no puede ser victorioso en un primar paso, si los “condenados” no se apoderaron del poder político de los “colonizadores”, a través de una lucha de liberación violenta, popular y armada, si no cada individuo participó en este proceso de curación, para liberarse de los males del colonialismo y del imperialismo, de las relaciones sado-masoquistas, los complejos de inferioridad, la auto-agresión, la envidia por los privilegios coloniales, las relaciones amo-esclavo, la mentalidad esclavista, etc. Sólo después de esto se puede introducir efectivamente la emancipación económica y social. Aquí insistió que cada quien tiene que morder un pedazo de esta manzana capitalista amarga para encontrar, identificar y conocer a sí mismo y para descubrir la prueba revolucionaria, conociendo el neo-colonialismo racista todo por sí mismo.

De esta manera, se pueden nutrir las raíces de la lucha social revolucionaria de clases en suelo fértil, en África, Asia, América, Venezuela y en otras partes. Lo que es relevante hoy es, que para Fanon esto simplemente significa que en la auto-defensa emancipatoria, en la guerra de liberación de clases, el camino sangriento elegido por los perros de la guerra globales, matar al colonizador dentro de su propia alma colonizada, era matar para siempre en el planeta tierra a ambos, el colonizador y el colonizado a través del mismo acto revolucionario dialéctico. Según él, sólo esto puede ser el “perdón real” para África en relación a la Europa imperialista, la Norteamérica corporativa y el globo fascismo.

Esto es lo que significa armarse, tomar las armas contra un “mar de problemas” globalizado. Esto es actualmente la elección que ha dejado Washington a Irán, Venezuela y al “Eje del Mal”. En Venezuela, gústenos o no, sólo esta “contra-violencia” emancipatoria puede separar de manera científica la paja obsoleta, puntofijista, reaccionaria y contrarrevolucionaria, que nacional e internacionalmente ya se encuentra en un avanzado estado de descomposición, del trigo sanamente germinando, genético y mentalmente no modificado, no controlado y pro-revolucionario dentro de la propia Revolución Bolivariana.

Esto es también la “fuerza purificadora”, el efecto purgante de la “contra-violencia”, la purificación emancipatoria de la Revolución Bolivariana. Esto es la verdadera revolución dentro de la Revolución.

En conclusión, en este sentido, Fanon describió nuestro mundo actual neo-colonizado en América Latina y en otras partes como una realidad maniquea, como una estructura de mentalidad dividida en compartimientos, donde los peores productos de importación coloniales, alienadores, europeos y norteamericanos y los sistemas jurídicos y religiosos, corruptos y burocráticos han hecho y siguen haciendo estragos con nuestros cuerpos y cerebros.

Esto son los verdaderos peligros sociales enfrentando el futuro de la Revolución Bolivariana. Al mismo tiempo criticó al Marxismo, que no analizó y falló en incluir las “clases condenadas”, los pueblos “bárbaros” y “semi-bárbaros” en su praxis y teoría emancipatoria. No deberíamos cometer este error, porque tendrá resultados fatales para nuestra propia existencia.

Finalmente, para evitar los absurdos de revolucionarios sin revolución, de una revolución sui generis, en su obra, “Para la Revolución Africana”, Fanon explicó los elementos específicos de la aplicación de su teoría revolucionaria de la contra-violencia y de organizar la lucha armada global.

En cuanto a la verdadera contribución de Fanon a la Emancipación Africana, Ntongela Masilela, advirtiendo sobre los peligros catastróficos de “una África políticamente desunida y inexperimentada”, elaboró lo siguiente sobre su Praxis y Teoría revolucionaria: “En la edición de 1962 de “Presence Africaine”, en una sección dedicada a puros homenajes concernientes a Fanon, Aime Cesaire, el gran poeta martinicano y mentor de Fanon, lo elogió como el teórico de la acción revolucionaria y del proceso de la descolonización.

Kwame Nkrumah, el entonces presidente de Ghana y la encarnación viva de la filosofía pan-africanista, en el mismo análisis caracterizó a Fanon como el libertador y el emancipador de África, cuya última meta era la de lograr la unificación de África.

Jean-Paul Sartre, el exponente francés de la filosofía existencialista, entonces en el proceso de intentar a forjar una síntesis entre el Existencialismo y el Marxismo en su libro colosal, “Crítica de la Razón Dialéctica”, publicado en 1960, en un prefacio a la pieza de Cesaire de 1966 “Una temporada en el Congo” sobre los eventos trágicos del Congo, escribió que ambos, Lumumba y Fanon eran grandes hombres que murieron a la misma edad y en el mismo año; sus diferentes visiones históricas y práxis políticas representaron aquello que pre-eminentemente era lo mejor de la cultura y civilización humana.

En este ensayo sobre el pensamiento político de Patrice Lumumba, que de hecho es un gran documento de nuestro siglo, en donde una gran mente filosófica europea luchó con los defectos trágicos de un genio político africano, Sartre comentó que en cuanto a Fanon aún falta mucho por decir. En cuanto a Lumumba, Sartre sintió que su tragedia se basó en el hecho de que era un revolucionario sin revolución, un Jacobino negro en la era de los nacionalismos africanos. Para Fanon, el trágico fracaso de Lumumba en el Congo (hoy Zaire) era el fracaso de una África políticamente desunida y inexperimentada”.