"Una historia de amor y oscuridad" la biografía infantil del escritor israelí Amos Oz.
El libro narra las vicisitudes de su familia paterna, los Klausner, y materna los Mussman desde sus Lituania y Ucrania natales pasando por todo el devenir por la europa pre y de Hitler hasta llegar a un barrio suburbial y triste de la ciudad de Jerusalem. Cuenta con celo los movimientos pogromos, expulsiones y, también, la sensación y sentimiento del pueblo judío como una nación sin estado siendo herederos de una tradición cultural, política e ideológica totalmente europea que luego tradujeron en el estado de Israel.
Al tiempo el niño Amos Klausner, luego sería Oz, crece en un mundo de preguntas sin respuestas, de sionismo aceptado, y luego discutido, de tendencia derechista que luego convertiría en izquierdista. De incomprensión ante la cercanía del holocausto, ante la guerra infinita, ante los problemas y las penurias y con la necesidad imparable de contar, narrar, explicar, pero sobre todo, en aquel tiempo, preguntar.
El libro repasa el nacimiento del estado de Israel, el pensamiento de los sionistas primeros en Israel así como el nacimiento de la primera generación de israelitas en su propio estado. También se relatan las ilusiones de su padre Yehuda Klausner y de su madre Fania y el pensamiento que abandonaba el victimismo y la aceptación del agravio y el golpe reciente. Amos infantil piensa en los árabes en esos enemigos/adversarios/rivales/vecinos cercanos incomprendidos, incomprensibles.
La historia cuenta como núcleo principal el desencuentro, en bosquejo, con la memoria reconstruida del niño, entre el padre y la madre que desemboca en el gran desastre de la familia.
Amos Oz inteligente, dotado, de familia de intelectuales, escritor y escribiente renunciaría a su mundo de judaísmo sionista europeo conservador e intelectual para incorporarse al nuevo sionismo militante kibbutzim y al pacifismo que ha marcado su vida. Su renuncia inicial al escribir como ruptura con su mundo anterior, reinventándose, fue desvaneciéndose por la necesidad de contar, de decir, de hablar sobre el mundo que le rodeaba por fuera y dentro de su piel. Esta necesidad se plasma en la novela, que debió ser dolorosa ya que es un traer al presente muchos de los fantasmas del pasado.
El libro tiene miles de matices, a veces amista y otras enemista al lector al expresar todo
el universo psicológico del niño, del hombre que entiende al niño, del padre, de la madre como cajas estancas y desconocidas en el que solo el ejercicio solitario de análisis adulto posterior encuentra un sentido a ese dolor y a esa oscuridad. El dolor de la guerra, la amenaza, el victimismo, el sentimiento diaspórico autoculpativo traido de europa y la agresividad de la violencia encuentran acomodo en el nacimiento a la consciencia y la conciencia del joven Amos Klausner, reconstruida desde la perspectiva más pensada y sosegada del maduro intelectual padre y abuelo Amos Oz. Un tiempo oscuro con luces en el horizonte pero lejanas y tenues.
En resumen la metáfora del nacimiento del estado de Israel, de la muerte del "antigüo regimen" para el pueblo judío, de el nacimiento y crecimiento de Amos Oz a partir de la crisálida blanca, europea y débil, de Amos Klausner hasta configurar el nuevo judío activo, intelectual, crítico que abandona los miedos europeos, los fantasmas genocidas, y entra en la promesas de nuevo mundo y nueva historia pero sin los atavismos y esclavitudes. Hasta tal punto tiene importancia ese renacer que ha marcado toda su vida posterior.
Es un libro que merece la pena leer y, después, digerirse poco a poco. Tiene más de nosotros mismos de lo que pudiera parecer.
El libro narra las vicisitudes de su familia paterna, los Klausner, y materna los Mussman desde sus Lituania y Ucrania natales pasando por todo el devenir por la europa pre y de Hitler hasta llegar a un barrio suburbial y triste de la ciudad de Jerusalem. Cuenta con celo los movimientos pogromos, expulsiones y, también, la sensación y sentimiento del pueblo judío como una nación sin estado siendo herederos de una tradición cultural, política e ideológica totalmente europea que luego tradujeron en el estado de Israel.
Al tiempo el niño Amos Klausner, luego sería Oz, crece en un mundo de preguntas sin respuestas, de sionismo aceptado, y luego discutido, de tendencia derechista que luego convertiría en izquierdista. De incomprensión ante la cercanía del holocausto, ante la guerra infinita, ante los problemas y las penurias y con la necesidad imparable de contar, narrar, explicar, pero sobre todo, en aquel tiempo, preguntar.
El libro repasa el nacimiento del estado de Israel, el pensamiento de los sionistas primeros en Israel así como el nacimiento de la primera generación de israelitas en su propio estado. También se relatan las ilusiones de su padre Yehuda Klausner y de su madre Fania y el pensamiento que abandonaba el victimismo y la aceptación del agravio y el golpe reciente. Amos infantil piensa en los árabes en esos enemigos/adversarios/rivales/vecinos cercanos incomprendidos, incomprensibles.
La historia cuenta como núcleo principal el desencuentro, en bosquejo, con la memoria reconstruida del niño, entre el padre y la madre que desemboca en el gran desastre de la familia.
Amos Oz inteligente, dotado, de familia de intelectuales, escritor y escribiente renunciaría a su mundo de judaísmo sionista europeo conservador e intelectual para incorporarse al nuevo sionismo militante kibbutzim y al pacifismo que ha marcado su vida. Su renuncia inicial al escribir como ruptura con su mundo anterior, reinventándose, fue desvaneciéndose por la necesidad de contar, de decir, de hablar sobre el mundo que le rodeaba por fuera y dentro de su piel. Esta necesidad se plasma en la novela, que debió ser dolorosa ya que es un traer al presente muchos de los fantasmas del pasado.
El libro tiene miles de matices, a veces amista y otras enemista al lector al expresar todo
el universo psicológico del niño, del hombre que entiende al niño, del padre, de la madre como cajas estancas y desconocidas en el que solo el ejercicio solitario de análisis adulto posterior encuentra un sentido a ese dolor y a esa oscuridad. El dolor de la guerra, la amenaza, el victimismo, el sentimiento diaspórico autoculpativo traido de europa y la agresividad de la violencia encuentran acomodo en el nacimiento a la consciencia y la conciencia del joven Amos Klausner, reconstruida desde la perspectiva más pensada y sosegada del maduro intelectual padre y abuelo Amos Oz. Un tiempo oscuro con luces en el horizonte pero lejanas y tenues.
En resumen la metáfora del nacimiento del estado de Israel, de la muerte del "antigüo regimen" para el pueblo judío, de el nacimiento y crecimiento de Amos Oz a partir de la crisálida blanca, europea y débil, de Amos Klausner hasta configurar el nuevo judío activo, intelectual, crítico que abandona los miedos europeos, los fantasmas genocidas, y entra en la promesas de nuevo mundo y nueva historia pero sin los atavismos y esclavitudes. Hasta tal punto tiene importancia ese renacer que ha marcado toda su vida posterior.
Es un libro que merece la pena leer y, después, digerirse poco a poco. Tiene más de nosotros mismos de lo que pudiera parecer.