Cuando el entusiasmo y la admiración desbordan, el transcurso de un siglo es apenas una excusa para celebrar una efeméride. Y un centenario es el motivo que permitió reunir en este volumen a un conjunto de destacadas personalidades de las letras, las artes y la vida pública del Ecuador, el centenario del nacimiento de Carlos Gardel.
El proyecto surgió del encuentro desmelenado y fraterno, como una charla de café, mantenido con los amigos de Tango Club, una asociación cargada de ensueños y nostalgias como la música que la inspira. Después, la idea se fue extendiendo en conversaciones informales con otros gardelianos notables y confesos hasta germinar en este compendio que hoy llega a Internet. El espontáneo deseo de rendir un homenaje al Maestro superó todas las expectativas y la convocatoria al recuerdo constituyó, por sí sola, un éxito.
Un llamado oportuno a Don Hermenegildo Sabat, a fin de solicitarle su autorización para utilizar los dibujos de su autoría como ilustración en estas páginas, sumó a un hombre de la Banda Oriental a la obra que -hasta ese momento- era una empresa exclusiva de ecuatorianos. Con el sentimentalismo propio de un tanguero irremediable, nuestro amigo oriental, transformó el discreto pedido en una generosa donación y nos envió el grabado que ornamenta la introducción. Gesto cariñoso, arranque emocional que vino a enlazar a Ecuador y Uruguay en un mismo envión de afecto dedicado a un cantor popular, más universal que argentino.
Este entretejido de coincidencias inspiró el título del homenaje. "Al Troesma con cariño" se llama la obra en la que Sabat reunió, hace casi dos décadas, sus magistrales dibujos consagrados a representar la simbiosis del canto y el ídolo.
"Troesma" es maestro al revés. "Al vesre" como se expresa en la intimidad de su ciudad el hombre de Buenos Aires. Y "Maestro" es el título que se prodiga a quienes se consideran modelos en el arte y en la creación. Por la solemnidad con que se la pronuncia la mención equivale a un doctorado "honoris causa" de la famosa "universidad de la calle". A Gardel se lo llama "Carlitos", "Idolo", "Bronce", "Mudo", "Maestro", "Troesma". Por eso, siguiendo la onda sabatiana, se nos ocurrió dedicar el homenaje "Al Troesma desde la mitad del mundo", desde este punto geográfico Y espiritual del continente donde la República del Ecuador y su gente se abrazan al compás del dos por cuatro con los restantes hermanos del continente.
En un alarde de tautología tanguera podría decirse que de los que están no falta nadie. Hombres de todas las latitudes del país, diestros de la pluma y el pincel, se arrimaron con el tributo de sus emocionados recuerdos para obsequiar al "Troesma". Prestigiosas figuras de la sierra y de la costa y hasta de las estribaciones de la entreverada selva amazónica hicieron un alto en sus siempre afanosas tareas para cumplir con el dictado del afecto y la memoria. Pero también nos acompañan los que no llegaron. Los que enterados a última hora de esta improvisada celebración no pudieron traspasar, aunque quisieron, el límite infranqueable de los rígidos plazos establecidos para su edición. Pero igual ayudaron, igual empujaron e hicieron posible, con sus opiniones y su aliento, la realización del proyecto. A todos ellos, presentes y ausentes, unidos en la común devoción por la musa rea, nuestro más sincero y agradecido reconocimiento.
Como debe ser en una reunión de amigos, la distribución de los puestos no indica preferencia. Cada uno de los asistentes a este peculiar encuentro atesora, en sus respectivas actividades, los suficientes méritos y consagraciones como para eximirnos de imposibles discernimientos La caravana de artículos y remembranzas se acomoda, entonces, por riguroso orden alfabético y son en definitiva las primeras letras de los apellidos las que determinan su ubicación en el contexto.
Por las intenciones que lo animan, los elementos que lo informan y la desinteresada entrega de sus autores este trabajo está destinado a reproducir, en su modesta dimensión, el fenómeno que cotidianamente experimentan quienes a través del disco o de viejas películas vuelven a sentir el encanto de Carlos Gardel. Al recorrer estas páginas se podrá evocar esa voz y esa imagen tocadas por el misterio de la magia que a pesar del tiempo transcurrido, siguen expresando nuestras emociones más profundas y rescatando nuestros sentimientos más recónditos y universales.
Pero además, como testimonio del sentir y el pensar de la comunidad ecuatoriana, estrechamente ligada por la historia y la esperanza a sus vecinos del sur, los pueblos rioplatenses, la obra constituye un mensaje de amistad y entendimiento que se larga a rodar fraternalmente por los empedrados de América Latina.
Que su lectura sirva para inspirar realizaciones similares.
Que la evocación de esta memoria compartida contribuya a recuperar familiares identidades.
Que la eterna sonrisa del "Troesma", honra y prez de comunes arrabales, nos sirva de bandera para encarar, con actitud viril y confianza en nuestras fuerzas, la conquista de un futuro sin fronteras, son los tres deseos que expresamos al conmemorar este primer centenario gardeliano.
El proyecto surgió del encuentro desmelenado y fraterno, como una charla de café, mantenido con los amigos de Tango Club, una asociación cargada de ensueños y nostalgias como la música que la inspira. Después, la idea se fue extendiendo en conversaciones informales con otros gardelianos notables y confesos hasta germinar en este compendio que hoy llega a Internet. El espontáneo deseo de rendir un homenaje al Maestro superó todas las expectativas y la convocatoria al recuerdo constituyó, por sí sola, un éxito.
Un llamado oportuno a Don Hermenegildo Sabat, a fin de solicitarle su autorización para utilizar los dibujos de su autoría como ilustración en estas páginas, sumó a un hombre de la Banda Oriental a la obra que -hasta ese momento- era una empresa exclusiva de ecuatorianos. Con el sentimentalismo propio de un tanguero irremediable, nuestro amigo oriental, transformó el discreto pedido en una generosa donación y nos envió el grabado que ornamenta la introducción. Gesto cariñoso, arranque emocional que vino a enlazar a Ecuador y Uruguay en un mismo envión de afecto dedicado a un cantor popular, más universal que argentino.
Este entretejido de coincidencias inspiró el título del homenaje. "Al Troesma con cariño" se llama la obra en la que Sabat reunió, hace casi dos décadas, sus magistrales dibujos consagrados a representar la simbiosis del canto y el ídolo.
"Troesma" es maestro al revés. "Al vesre" como se expresa en la intimidad de su ciudad el hombre de Buenos Aires. Y "Maestro" es el título que se prodiga a quienes se consideran modelos en el arte y en la creación. Por la solemnidad con que se la pronuncia la mención equivale a un doctorado "honoris causa" de la famosa "universidad de la calle". A Gardel se lo llama "Carlitos", "Idolo", "Bronce", "Mudo", "Maestro", "Troesma". Por eso, siguiendo la onda sabatiana, se nos ocurrió dedicar el homenaje "Al Troesma desde la mitad del mundo", desde este punto geográfico Y espiritual del continente donde la República del Ecuador y su gente se abrazan al compás del dos por cuatro con los restantes hermanos del continente.
En un alarde de tautología tanguera podría decirse que de los que están no falta nadie. Hombres de todas las latitudes del país, diestros de la pluma y el pincel, se arrimaron con el tributo de sus emocionados recuerdos para obsequiar al "Troesma". Prestigiosas figuras de la sierra y de la costa y hasta de las estribaciones de la entreverada selva amazónica hicieron un alto en sus siempre afanosas tareas para cumplir con el dictado del afecto y la memoria. Pero también nos acompañan los que no llegaron. Los que enterados a última hora de esta improvisada celebración no pudieron traspasar, aunque quisieron, el límite infranqueable de los rígidos plazos establecidos para su edición. Pero igual ayudaron, igual empujaron e hicieron posible, con sus opiniones y su aliento, la realización del proyecto. A todos ellos, presentes y ausentes, unidos en la común devoción por la musa rea, nuestro más sincero y agradecido reconocimiento.
Como debe ser en una reunión de amigos, la distribución de los puestos no indica preferencia. Cada uno de los asistentes a este peculiar encuentro atesora, en sus respectivas actividades, los suficientes méritos y consagraciones como para eximirnos de imposibles discernimientos La caravana de artículos y remembranzas se acomoda, entonces, por riguroso orden alfabético y son en definitiva las primeras letras de los apellidos las que determinan su ubicación en el contexto.
Por las intenciones que lo animan, los elementos que lo informan y la desinteresada entrega de sus autores este trabajo está destinado a reproducir, en su modesta dimensión, el fenómeno que cotidianamente experimentan quienes a través del disco o de viejas películas vuelven a sentir el encanto de Carlos Gardel. Al recorrer estas páginas se podrá evocar esa voz y esa imagen tocadas por el misterio de la magia que a pesar del tiempo transcurrido, siguen expresando nuestras emociones más profundas y rescatando nuestros sentimientos más recónditos y universales.
Pero además, como testimonio del sentir y el pensar de la comunidad ecuatoriana, estrechamente ligada por la historia y la esperanza a sus vecinos del sur, los pueblos rioplatenses, la obra constituye un mensaje de amistad y entendimiento que se larga a rodar fraternalmente por los empedrados de América Latina.
Que su lectura sirva para inspirar realizaciones similares.
Que la evocación de esta memoria compartida contribuya a recuperar familiares identidades.
Que la eterna sonrisa del "Troesma", honra y prez de comunes arrabales, nos sirva de bandera para encarar, con actitud viril y confianza en nuestras fuerzas, la conquista de un futuro sin fronteras, son los tres deseos que expresamos al conmemorar este primer centenario gardeliano.
Por Miguel Unamuno
Embajada de la República Argentina - Quito, Ecuador