MARSHALL BERMAN

Berman murió el 11 de septiembre. Tal vez se fue con pena el mismo día que en Chile y Nueva York, en 1973 y el 2001 respectivamente, nos parecía que “todo lo sólido se desvanecía en el aire”.
Sabemos que su obra referencial “Todo lo sólido se desvanece en el aire”, es un clásico y uno de los más profundos análisis históricos de la modernidad.
A propósito de su viaje hacia el misterio (aunque seguramente él, un marxista de los de antes, sincero, agudo y vital, no le asignaba realidad a los asuntos en el bardo), he querido re-parafrasear un párrafo al que, dicho de una u otra manera, siempre le asigno un espacio en mis escritos:
“Vivimos en una encrucijada histórica… Tal como hace algunos siglos, el proceso que impulsaron los padres fundadores de la modernidad, con sus ideas de progreso, individualismo y racionalidad instrumental, ciudadanía, libertad e igualdad, entre otras, avanzó creativa y destructivamente hasta que todo lo sólido del antiguo mundo feudal se desvaneciera en el aire. (Huelga decir que estas imágenes, en lo sustantivo, son un parafraseo y extrapolación libre del pensamiento de Carlos Marx y Federico Engels al evocar el devenir histórico de la época moderna, de cuya matriz Berman sacó la famosa frase que da el título a su clásico). De igual modo, pero en distinto signo, en el presente como Historia las nuevas ideas del paradigma social ecológico lo están abarcando todo y podrían llevar a que todo lo sólido del antiguo mundo moderno occidental se desvanezca en el aire.

Claro que, igual que ayer, en el proceso histórico hoy se está gestando otro aire, que revisa, mantiene, descarta y/o profundiza las mas nobles ideas del pasado, pero cuyas nuevas moléculas son las emergentes ideas, valores y prácticas, entre ellos, la sustentabilidad intergeneracional; la conciencia ecológica y el pensamiento en red;  una economía colaborativa, consciente de los límites de la biosfera; las empresas sustentables (las empresas sociales o empresas B); el diálogo en el respeto, ajeno a la lógica excluyente; ideas y prácticas socialmente emergentes que, ojalá, respiremos todos en el mañana. Es más, gestar hoy ese aire, es gestar ese mañana.
Dicha conciencia histórica constituye una clave en el mundo actual. Ella nos expande  y complejiza la comprensión de los procesos en los cuales como humanos participamos, ya sea ciegos y acríticos o actores creativos y con sentido de responsabilidad con nosotros mismos y las nuevas generaciones”.
Tengo la profunda convicción que don Marshall hoy suscribiría este aserto y esta imagen. Por eso, es mi homenaje a él. Pues mis convicciones de hoy, sin duda, se han nutrido de la lectura de palabras tan entusiastas como las que en su momento nos legará el pensador que recién se ha ido.
Fuente:  http://www.hernandinamarca.cl/?p=578