Rafael Marín (Cádiz, 1959) es uno de esos escritores que pueblan nuestro panorama literario desconocido para el gran público pero cuya obra, desarrollada durante años, aúna entretenimiento y calidad. Marín, profesor de instituto, traductor y ocasional guionista de cómics es desde la publicación de “Lágrimas de luz”, autor de referencia para la ignorada ciencia ficción española, siendo su labor continuada, desde su primera obra” Nunca digas buenas noches a un extraño”, publicada en la década de los ochenta, ampliamente reconocida por los aficionados al género. En sus últimas novelas, Marín, sin abandonar la narrativa fantástica, ha buscado nuevos territorios de expresión. Así, podríamos destacar “La leyenda del Navegante”, novela que conjuga acertadamente elementos de fantasía con las novelas de piratas más clásicas, su última obra, “Juglar”, en la que entrecruza realidad y magia para trasladarnos a la España medieval del Mío Cid, y la novela que nos ocupa hoy, “Elemental, querido Chaplin”, un interesante pastiche sherlocksiano.
En “Elemental, querido Chaplin”, la fecunda imaginación de Marín hace coincidir a un joven Charles Chaplin con el rey de los detectives, el inefable Sherlock Holmes, en una serie de aventuras que les llevarán a enfrentarse al más famoso villano del “pulp” creado por Sax Rohmer, Fu Manchú, y viajar hasta Ginebra para desbaratar los planes de dominio del mundo de una peligrosa secta a través del rapto nada menos que de Albert Einstein. Es imposible contar más en las poco más de doscientas cincuenta páginas del libro, y contarlo con un pulso narrativo tan acertado como lo hace Marín en esta novela. La acción y el misterio envuelven al lector desde el prólogo hasta la última hoja, convirtiendo en una verdadera delicia su lectura tanto para el lector aficionado al género, que disfrutará descubriendo los continuos guiños y erudición del autor, como para aquél que sólo busque pasar un buen rato de entretenimiento. El autor, sin dejar de ser respetuoso con el rico universo del canon sherlocksiano es capaz de hacer su original aportación al mismo, mezclando la realidad con la fantasía, haciendo coincidir personajes reales, como Einstein, Chaplin, Oscar Wilde ó Aleister Crowley, con los personajes nacidos de la pluma de Arthur Conan Doyle. En esta novela, se nos muestra al azote del crimen, Sherlock Holmes, en todo su esplendor pero, al mismo tiempo, Marin lo humaniza y lo acerca al lector para, desde la visión de un joven y admirado Charles Chaplin, rendido a sus dotes detectivescas, mostrar también sus debilidades.
Sin más, les animo que busquen esta novela en su librería habitual, la disfruten y descubran las capacidades de Rafael Marín, un gran escritor poco reconocido.